Bajo el signo del escorpión encontramos un pozo de emociones contenidas, profundas, oscuras y densas como el petróleo. El espectro emocional es mucho más complejo que en el primer signo de agua: Cáncer. Normalizado queda el sufrimiento, la obsesión y el desgarro. Por eso aquellxs con un plutón fuerte, o mucho escorpio, a menudo se sienten complicadxs, manchadxs y con el deber de esconder, y cargar aquello que poco tiene que ver con la facilidad del amor cómodo lleno de luz.
Con escorpio somos dueños de nuestro pozo, silencioso. Pero enemigo incontrolado, cuando reboza con la última gota.
Es esfuerzo por no estallar,
y no desatar el bicho.
Es agujero lleno de emoción rota,
y sufrimiento silenciado,
Que decide tramar
liderar,
y trepar.
Pero toda línea roja, cruzada, envenenada, se saturniza.
Limitará y levantará un: NO.
Un: hasta aquí.
Que no tardará en convertirse en un nuevo punto de partida, gatillando ciclos de intensidad y resaca.
Hasta que un día, lo complicado e intenso, decidirá aburrirte.
Y aquí, en ese instante, es donde empieza la estrategia sana de plutón.